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Con su negocio central alcanzando ya la madurez y bajo la presión creciente de nuevos competidores, la empresa cliente carecía de la flexibilidad financiera y organizativa necesarias para invertir en las oportunidades de crecimiento que podían asegurar la supervivencia del negocio a largo plazo.

Necesitando imperativamente hacer más eficientes las funciones de la oficina central, la empresa se embarcó en un proceso de reducción drástica de gastos generales. Ello implicó la creación de un grupo de trabajo de más de una docena de ejecutivos durante un periodo de seis meses.

El equipo dirigió una revisión intensiva y detallada de las actividades y productos de todos los departamentos generales, e identificó muchas oportunidades para estimular la eficiencia general eliminando tareas y cargas de trabajo de poco valor. Estas oportunidades se tradujeron parcialmente en reducciones de gastos generales pero, además, permitieron la reasignación de recursos destinándolos a proyectos claramente prioritarios para el crecimiento de la empresa.